¡Namasté, mamis! ¿Qué tal os va?

Por aquí estoy ¡muy y muy grata! Mi bebé ha cumplido 7 meses. ¡SIETE! ¡Dios mío! Me acuerdo cuando estaba en el final del embarazo, me entró un miedo terrible de no saber cuidar a Valentí. Le decía a Enric: “¿Y qué haremos? ¿Cómo haremos para criar a nuestro bebé?”

Y a veces, aún me pasa.

Me pregunto cómo haré para que mi bebé siga con buena salud, feliz, bien atendido, descansado, libre, etc, etc y etc… Me pongo las mil y una metas respeto a mi hijo y luego se me puede llegar a comer mi exigencia. Sigo trabajando en ello.

Valentí cumplió 7 meses el 1 de abril
Cada día és más difícil hacerle fotos a Valentí 🙂

Y si a eso, le sumo mis TOC (trastorno obsesivo compulsivo) con la casa… Entonces sí que empiezo a temblar. Me gusta y quiero la casa limpia y ordenada por la mañana, por la tarde y por la noche; la ropa lavadita y que huela bien, las comidas lo más natural y saludable posible: Des de que tenemos el baby y estamos haciendo BLW; baby-led weaning; porque antes de estar embarazada…

(¡Ah, antes! Antes me comía cualquier cosa en cualquier lugar y ¡me parecía genial! Bocadillos, platos combinados, hamburguesas, pizzas y muchooo chocolate. Cuando me enteré que sería mami, todo esto se acabó; igual que también se acabaron los cigarrillos, las copitas de vinos y las birras…)

C’est la Vie!

Valentí y sus comiditas; en breve os hablaré de nuestra experiencia.

Pero a lo que íbamos.

Parece una LO-CU-RA mantener todo en orden, saludable y limpio. Y parece que para seguir con salud, antes hay que perderla. Porque la teoría de: “La casa limpia no es prioridad…” Pues no sé… A mi me cuesta una barbaridad tenerlo todo por ahí. Primero porque para tener la mente y el espíritu en orden, necesito que mi entorno lo acompañe. No puedo estar en un lugar lleno de polvo y relajarme. Así que ya me he dicho que ok, que casi no descansaré y me estoy mentalizando porque veo que, aún sin descanso, no podré. No llegaré a éste lugar de limpieza máxima e ideal. Hasta me entra la risa de lo absurdo que es éste lugar que me imagino. Es un lugar que sería la mezcla entre la limpieza y el orden de las Casas Reales europeas; que tienen mil personas haciéndolo todo durante todo el día; y lo que es mi realidad:

Coge el niño.

Lávate las manos.

Friega.

Salta.

Dale teta al niño.

Saca el polvo.

Vuelve a fregar lo de antes que no acabaste.

Coge el niño.

Intenta meditar.

Observa el niño.

Haz la comida.

Dobla la ropa.

Dúchate.

Intenta cambiarte… ESPERA… dale teta al niño.

Se te acaba de ensuciar el suelo, así que vuelve a fregarlo.

Acaba de sacar el polvo… NO. CON LA FREGONA NO.

Seca el suelo.

Baberos.

Cámbiale la ropa al niño…

¡Vístete!

¡Vístete que pillarás un resfriado! Y entonces sí que será un drama.

Aspira que has fregado antes de barrer.

Dale teta al niño. NO. Coge al niño y ya está. TAMPOCO. Sácale al niño a paseo. QUE NO. Se ha dormido…. Shhhhhhhht!

Silencio.

El niño mejor en brazos o se va a despertar, que si se te duerme en la mochila duerme poquito, y si se duerme poquito: ¡CAAAAAOS! ¡Mal humor, así que silencio ¡TOOOOOODOOOOOS!

VALE.

Aquí ya es cuando me da la risa del todo…

Y es que normalmente el ‘TODOS’ soy yo sola…

Y es que estoy,

casi siempre,

sola.

¿Os pasa?

Me puedo poner a llorar…

C’est la Vie!

Últimamente estoy de suerte y ¡ya no estoy tan sola!

Mi red de apoyo va más allá de mi y de Enric.

¡Gracias Vidaaa!

Soy afortunada y estoy muy grata.

Tengo la compañía de mi prima que está en casa de vacaciones. Ha venido des de Brasil y, en serio:

¡NO HAY COLOR!

Imagino que la soledad en la maternidad acabará siendo un tema recurrente en mi blog, pero no hoy; hoy no. Hoy tengo compañía y Valentí tiene 7 meses.

¿Cómo no estarle grata a la vida? Estoy muy, muy grata.

Cami, mi prima de Brasil 🙂
Cami, Valentí y nuestro «gatito» Petit Lleó.
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